
Arqueología Bíblica: Ciudades del Israel antiguo
La arqueología bíblica encuentra su importancia máxima en las ciudades del Israel antiguo. Mencionada más de 50 veces en la Biblia, Jericó fue el punto inicial de entrada a la Tierra Prometida para los israelitas (Josué 6). La arqueología ha confirmado ahora la localización de esta ciudad de murallas y torres fortificadas, que protegía la entrada a la tierra de Canaán desde el este. Siquem fue una ciudad importante en todo el Antiguo Testamento. De hecho, Jeroboam la hizo capital del reino norte de Israel en el siglo X a.C. (1ra de Reyes 12:25). Excavaciones han descubierto inmensas murallas y un sistema de puertas fortificadas conteniendo tales hallazgos de importancia como el templo de Baal, de la historia de Abimelec (Jueces 9:46). Excavaciones al norte también han descubierto la ciudad de Dan, la cual fue una fortaleza de Canaán conquistada por Israel (específicamente, la tribu de Dan) alrededor del 1.150 aC (Jueces 18). La ciudad reconstruida, la cual se convirtió en el límite norte de Israel, ha revelado un tesoro de artefactos de importancia bíblica. El límite de Israel al sur era Beerseba, la cual se convirtió en una ciudad fortificada durante el período del rey Salomón (1ra de Reyes 4:25). Excavaciones entre 1969 y 1976 han descubierto masivas murallas, puertas, pozos y almacenes, que coinciden con los relatos bíblicos. La antigua ciudad de Jerusalén, data de los tiempos de la conquista inicial del rey David, fue descubierta y excavada entre 1978 y 1985. Antes de esto, fuera de la Biblia, nada se conocía acerca de la Jerusalén del rey David, la cual ha revelado ahora un palacio, torres, y el famoso estanque de Siloé (2a de Samuel y 1ra de Crónicas). Las antiguas ruinas de Gabaa fueron descubiertas cerca de tres millas al norte de Jerusalén. Gabaa fue el hogar de Saúl y la tribu de Benjamín, y más tarde se convirtió en la ciudad capital del rey Saúl (Jueces 19 y 1ra de Samuel 10-15). Excavaciones han revelado que la fortaleza/palacio de Saúl data cerca del 1100 a.C. Megido era una ciudad cananita conquistada al norte por Israel. Era una fortaleza asentada en una colina, cerca de una extensa planicie que presenció muchas batallas de importancia histórica. En los 900 a.C., el rey Salomón fortificó la ciudad (1ra de Reyes 4:12), y más tarde, en los 600 aC, el rey Josías perdió una batalla contra los egipcios allí. De acuerdo a Apocalipsis 16:16, Megido (también conocido como Armagedón) es el lugar de la batalla mundial final, en donde Jesucristo derrotará a las fuerzas de Satanás y establecerá Su reino glorioso por toda la eternidad.